Del temperamento a la virtud

Del temperamento a la virtud

Por temperamento, una persona puede ser más impaciente que otra, pero gracias al carácter –al hábito aprendido– es capaz de corregir esa tendencia natural y mostrarse tan paciente y reflexiva como aquélla. Educar a los hijos consiste precisamente en eso, en enseñarles...
En torno a la tarea de educar

En torno a la tarea de educar

El comportamiento de los padres educa o deseduca necesariamente pues, lo quieran o no, a sus hijos les transmiten a diario formas de actuar concretas. Por ello es preciso que se esfuercen sinceramente en vivir lo que quieran transmitir. De ahí que Polo[1], de un modo...